¿Cómo bailar un chotis?
El chulapo sujeta con una mano a la chulapa por la espalda y con la otra mano sujeta la mano de compañera. Con los dos pies juntos, gira sobre su eje sobre la planta de sus zapatos y mirando siempre al frente. Gira en el espacio que ocupa una baldosa . Es la mujer quien se desplaza, baila a su alrededor y le gira. Cuando la cadencia de la música lo indica, la pareja da tres pasos hacia atrás y tres hacia adelante y se reinician los giros.
Se puede aprender a bailar el chotis en las Vistillas o en la Pradera de San Isidro, durante las fiestas de la ciudad.
Los orígenes del chotis.
Aunque parezca increíble, el baile más castizo de Madrid procede de lo que sería la actual República Checa. También hay quien dice dice que sus orígenes se encuentran en la vieja Escocia rural (de hecho, afirman que la palabra derivaría de "Schottisch", es decír, "escocés").
Lo cierto es que a nuestro país llegó en el siglo XIX, cuando un inmigrante que había vivido en Viena trajo a Madrid el ritmo de una alegre danza austríaca llamada 'Schotis'. En Austria se bailaba a ritmo de una pianola, pero al llegar a España se adaptó al peculiar sonido del organillo.
Cuando llegó a Madrid en otoño de 1850 se conocía como 'Polca Alemana'. Pronto pasó de los salones del Palacio Real a la calle y se convirtió en una seña de identidad del Madrid popular y festivo.
Los chotis más conocidos.
Muy conocidos son seguramente los chotis compuestos por Federico Chueca (“La Gran Vía”, del año 1886), Ruperto Chapí (“La Revoltosa, del año 1897) y Tomás Bretón (los chotis que componen “La verbena de la Paloma”, del 1894). Aunque sin duda los dos chotis más conocidos son del siglo XX, y son el de Francisco Alonso llamado “Pichi”, de 'Las Leandras', y el de Agustín Lara llamado “Madrid, Madrid, Madrid". También destacan Olga Ramos y su marido El Cipriano.
Algunas letras de chotis famosos...
MADRID MADRID MADRID
Cuando llegues a Madrid, chulona mía
voy a hacerte emperatriz de Lavapiés;
y alfombrarte con claveles la Gran Vía,
y a bañarte con vinillo de Jerez.
En Chicote, un agasajo postinero
con la crema de la intelectualidad
y la gracia de un piropo retrechero
más castizo que la calle de Alcalá.
Madrid, Madrid, Madrid,
pedazo de la España en que nací
por algo te hizo Dios
la cuna del requiebro y del chotis.
Madrid, Madrid, Madrid,
en Méjico se piensa mucho en tí
por el sabor que tienen tus verbenas
por tantas cosas buenas
que soñamos desde aquí;
y vas a ver lo que es canela fina
y armar la tremolina
cuando llegues a Madrid.
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